martes, 17 de abril de 2012

Cómo ven los caballos

Los ojos del caballo están en ambas partes de la cabeza, y no al frente. Cada ojo transmite una visión distinta a través de los nervios ópticos a las células del cerebro. Por lo general, cada ojo ve su parte, sólo cuando mira al frente con su cara perpendicular al terreno, puede definir ambos ojos simultáneamente hacia el mismo punto en el espacio. Algunas razas con ojos extremadamente separados, no llegan ni a conseguirlo.

 
En su trabajo con silla o tirando de un carruaje, la vista panorámica que posee, continúa informándole de todo lo que pasa por su entorno. Su reacción hacia amenazas o curiosidades recibidas por este sentido, no son normalmente de agrado hacia los seres humanos. Esto significa que cuando se le hace saltar sobre grandes obstáculos o galopar a gran velocidad, un caballo que sea sostenido con fuertes riendas, se rebelará contra ellas al no permitirle poner la cabeza y cuello de la forma necesaria para verlo y observarlo.

 
Cuando corre, puede ver tanto si le persigue un animal, le está alcanzando un vehículo, como ver si existen obstáculos en su frente. Tal vez perciba esto con poca claridad, la falta de una visión binocular y finida, que proporciona la visión en tres dimensiones, y un sentido perfecto de la profundidad, como nos pasa a nosotros, le hacen ver las cosas en un solo plano y con pocos detalles.

 
Los ojos  aunque los mueve, cuando el caballo sufre un intenso estrés, tras períodos de juego o cuando bosteza, cuando está asustado, son fáciles de recordar.

 
Al estar los ojos en la posición que antes he explicado, lógicamente no puede ver nada que esté cerca del centro de su cara. Esta es la razón por la cual o bien levanta bruscamente la cabeza o la gira o incluso ambas juntas.Una prueba de la confianza que tiene el caballo en su cuidador es que este puede tocarle directamente en la frente sin provocar la retirada.

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